domingo, 16 de noviembre de 2008

Crónica I: Clase de danza africana

Sábado por la mañana. Mi amiga Renata dice que mis borceguíes parecen tractores y que tengo las piernas muy flacas para llevar tanto peso. Pero yo sé flotar con ellos y sé cruzar la ciudad. Bajo paseo Sant Joan y cruzo la Diagonal. Bajo por Balmes o Pau Clarís hasta Plaza Cataluña y entro en el gótico por el Portal del Ángel. Cruzo la plaza de la Catedral y subo por el costado, por esa callecita que sube como un puente, bueno de hecho hay un puente hermosísimo lleno de gárgolas que te miran, siempre hay músicos, a veces hay algún violonchelista y me quedo escuchando. Llego al Ayuntamiento, cruzo la plaza, tomo Regomir, y derecho llego a clase. Empezamos la clase con palmadas, y moviendo las piernas giramos hacia la derecha e izquierda. Hacia la derecha: veo el barrio gótico desde los ventanales; hacia la izquierda: veo a un chico que desde su balcón mira la clase. Las palmas, la música, el cuerpo, el calor, todo empieza a subir y el movimiento cobra velocidad, empezamos rodar y se vuelve imparable…Mi profesor pega un grito que suena a alegría: “¡Aiiii!” y dan ganas de responderle. Empiezan los saltos, huele a polvo y el cuerpo va resquebrajándose dejando lugar para algo nuevo, fresco, denso, que penetra; revoluciones de la música que hipnotizan los nervios. Entonces el cuerpo te expulsa y uno empieza a sobrar. El profesor grita, gritamos nosotras, saltamos, agitamos. Nos ponemos en ronda para cantar y bajar al suelo. Damos palmadas en el piso y el profesor repite una y otra vez: “el tiempo está a” –señala al centro de la ronda, donde están las manos nuestras dando golpes- “búsquenlo.” Y meciéndonos en cuclillas, cantando, buscamos el tiempo. Llega una alegría que viene de lejos y que va hacia adelante. La miro pasar. Sonrío.

3 comentarios:

reneck dijo...

Postal de barcelona, exquisita: ese constraste entre tus botas que pesan una tonelada cargandolas por el piso adoquinado del barrio gotico, y el africano anunciando que ahi mismo en el centro de la sala, esta el tiempo!

reneck dijo...

el cuerpo resquebrajandose para dar lugar a otro nuevo, mas aireado, sin zapatos, sin relojes, oliendo a musica. Un acto de exorcismo, de exorcismo urbano...

C de Barcelona dijo...

Sí, mi profesor tiene frases muy buenas y de hecho de esa clase de danza me salió una idea para un escrito. Un beso Reneck y sí, quizás Barcelona de lejos se recuerde como una postal y más linda.