viernes, 23 de enero de 2009

Sueño IV

Soñé que tenía un moscardón en el corazón...

BERLÍN-REGISTRO DE PASO.





Cruzo en mi bicicleta el "Görlitzer Park " y me imagino esta misma ciudad post guerra. Absolutamente destruida, llena de escombros, una geografía que era la sintesis de la miseria humana. Ahora Berlin es la ciudad post muro, una ciudad reunificada ( si?) y vuelta a hacer. Y todo eso sigue respirandose en el ambiente, sus pedazos de guerra juntados como rompecabezas y vueltos a pegar. Una ciudad herida, fragmentada...

SUEÑO ROJO


Un día de verano, 10 años, en un parque acúatico, Silvina y yo. Los bañadores de la gente eran rojos, las sombrillas eran rojas, el agua de las piscinas era roja, el tobogán más alto también era rojo,  alto, empinado.

(...) voces, un perro ladra, mis manos son las de ahora en mi cuerpo de niña, barreno las olas en la playa bristol, unos turcos que juegan al dominó bajo un sol recalcitrante de Mar del Plata en Enero

 Silvina me miraba de abajo, yo solo podía ver sus gestos, animándome para que me tirase. Tenia dos opciones, tomar el coraje para deslizarme por ese tobogán acuático, al cual mi amiga le hacia tanto alarde desde abajo, o aceptar mi cobardía de ultimo momento y comenzar a bajar por la escalera, tan o más empinada que el tobogán. Para llegar al suelo debía atravesar por algunos de estos dos abismos: la escalera o el tobogán.

 Me arrojé hacia ese estrepitoso vació, así era como lo sentía, y el único motivo que me incitó a hacerlo era el deseo de abrazar a mi madre. El sol me pegaba fuertemente en la espalda, haciéndome arder los hombros que los tenía tan rojos como todo mi alrededor.  Es mi última oportunidad, pensé,   de  evitar un escándalo poniendo en evidencia  mi miedo paralizante.

  Desperté apenas, y a punto de deshacerse todas estas imágenes, con esfuerzo las retuve como quien da un manotazo en el aire queriendo retener el humo, no es imposible pero requiere de concentración

 Volví al viaje nocturno y terminé mi sueño, de la mejor manera, un sueño heroico. En la otra escena, ya estaba sintiendo como el agua me iba acariciando la cara, fue un instante el descenso, la sensación del agua  y yo resbalando sin pensar cuando iba a acabar.  

jueves, 8 de enero de 2009

De como regreso y soñando despierta.

el internet llego a casa, y en el primer mundo tambien hay que esperar casi un mes, y los tecnicos que viene a ponerte el cable son tan secos como un funcionario publico. Me habia imaginado algo parecido a donde estoy ahora, la noche despues de la conexion sagrada estoy sentada en el único sillón de la casa, con el portátil ( que cada vez se parece más a una simple maquina de escribir) sobre mis piernas, un vasito apenas de wiskye para animar la vista, y varias ideas mezcladas que con el cansancio se van haciendo Una, una idea totalmente desordenada e ineligible, lo llamo soñar despierta.

Una idea total que aparece por la noche, la ultima idea-imagen que, aunque fugaz, permanece tercamenta dando vuelta en este cuarto y no me deja ir. Ella es lo que mi memoria y el olvido me cuentan, juntos:

Subo una escalera alta y angosta y despacito abro la puerta donde estoy durmiendo yo con mi hermana en una habitacion oscura, con una cama al lado de otra casi pegadas, me acerco a ella que tiene unos catorce años , me acerco para oirla respirar, su respiración trabada, alterada, confundida entre la boca y la nariz, la toco en la frente como queriendola besar y ella me dice sin abrir los ojos: tengo una piedra en la nariz que no me deja dormir. Me acomodo de frente a ella y me alisto las dos manos, acciono tan rapido como puedo y comienzo a meterle los dedos en la nariz intentando extraer la piedra y liberarla del malestar. pero mis dedos se hunden en una especie de barro, y cuando mas intento mas se hunden mis dedos en el infinito de esa accion imposible.Me acerco a mi misma, tambien estoy dormida agarrada a un mono de peluche con un chupete, me quedo mirando mis propias pecas y mi cara de niña totalmente extraña. No puedo acercarme, solo me miro de lejos como duermo, con una respiracion suave y continuada, le había quitado toda la paz a mi hermana, y ahora, lo disfrutaba yo sola, abrazada a mi peluche, inocentemente culpable.